Derecho de admisión-
Uno intenta ser selecto con la música que se echa al oído. Como en
las universidades, con la música pop se impone el numerus clausus:
cantidad y calidad controladas. Como los porteros de las discotecas,
ante un previsible bodrio hay que alegar el consabido "reservado el
derecho de admisión". No es por elitismo –o sí–, pero si no se es
restrictivo con lo que uno escucha, la música deviene en un
sonsonete molesto y sin sentido.
Creo haber escrito ya sobre el tema. Por paradójico que pueda
parecer, parte de la culpa de la actual devaluación de la música
grabada la tiene su perenne y cansina exposición pública. A
cualquier hora, doquiera que vas hay música. Montas en un ascensor y
suena una musiquilla. Llamas a un taxi y por el teléfono suena una
canción de éxito. Te subes en el autobús y te tienes que tragar la
selección de Radio Olé, o de Cadena Dial, que no sé qué es peor
¿Acaso no hay conductores de bus rockeros o jazzeros?
Por aberrante que sea ese bombardeo acústico al que nos someten,
algo positivo se le puede encontrar: sirve para conocer ese otro
mundo melódico que de otra forma yo, por ejemplo, no tendría el
placer de degustar. Es ahí, en el trayecto del autobús, en la
interminable llamada a teletaxi o en cualquier fugaz visita a una
tienda donde me maravillo de la calidad de la música comercial que
suena en España. Sí, señor.
EN LA ZAPATERÍA. Ejemplos tomados al azar esta misma semana: entro
en una tienda de calzado dispuesto a comprarme los zapatos adecuados
para emprender la huida. Misión casi imposible por el volumen brutal
con el que mis oídos sufren el nuevo disco de Maná. ¿Por qué sé que
son Maná si nunca he comprado un disco suyo? Muy fácil: todas sus
canciones son exactamente iguales. Unos llaman a eso "tener estilo
propio". Otros, menos condescendientes, lo llaman autoplagio. En
fin, lo que me llama la atención de esa audición obligatoria es la
parte lírica del tema Labios compartidos, primer single extraído de
su nuevo CD Amar es combatir, tautología sólo comparable al
famoso "bailar pegados es bailar" de mi admirado Sergio Dalma.
Atención a estos versos: "Otra vez mi boca insensata vuelve a caer
en tu piel, vuelve a mí tu boca y provoca, vuelvo a caer de tus
pechos a tu par de pies". Sorprendente: "mi boca insensata", "tu par
de pies"… pero ¿qué broma es esta? Me quedan flotando en la mente un
par de preguntas ¿Cómo se mide el grado de sensatez de una boca?
¿Era necesario lo de "par de pies"? Sabemos que los pies, las manos,
las orejas y los testículos se venden por pares, ergo se hace
innecesario su especificación.
EN EL AUTOBÚS. Como no podía ser de otra forma salgo de la zapatería
sin lo que buscaba, pero sí huyendo despavorido. Me subo a un
autobús que me lleve a algún lugar silencioso y ¿qué es lo que suena
atronador por los bafles de pacotilla? El último éxito del hombre de
la felpa y la sonrisa perfecta: El Arrebato. Junto con El Barrio son
los dos exponentes máximos de la música comercial andaluza. Esta
legislatura de Manuel Chaves se ha caracterizado en lo musical por
la recuperación de las más añejas esencias andalusíes. Una simpatía
y una vulgaridad a prueba de bombas han convertido a estos artistas
en los preferidos de niños y mayores. A lo que íbamos, así canta El
Arrebato estos versos dignos de aparecer en cualquier antología de
la rima castellana: "Es que la quiero más que ojú, ojú cómo la
quiero… Ella me dice ven pa'cá y el camino me lo bebo, pregúntale a
los vientos y al pollete de su casa si es verdad que yo la quiero…
ojú". ¡¡El pollete de su casa!! Me rindo ante el talento. Y no
entiendo cómo le han dado el Premio Nacional de Poesía a Caballero
Bonald, ¡estando El Arrebato ahí! Qué injusta es la vida.
EN EL TAXI. Corro raudo en busca de un taxi que me lleve a casa para
tomarme un ibuprofeno o algo para el dolor de alma. Subo al vehículo
y el buen hombre tiene puesta la radio, una cualquiera, porque en
todas ellas suena Fito & Fittipaldis con su nueva canción Por la
boca vive el pez. Si hubiese sido un poco más perspicaz habría
adivinado que con ese original título podía suceder cualquier cosa.
Fito Cabrales canta: "No quiero ver estrella errante, no quiero ver
la aurora, quiero mirar a tus ojos del color de la coca cola". Sin
comentarios; solamente señalar que el antiguo cantante de Platero y
Tú ha conseguido batir marcas de ventas: lleva tres semanas
consecutivas en el número uno de la lista, y va a comenzar en breve
una gira que se presume multitudinaria. Una reflexión desde la
perplejidad: los cantantes de éxito españoles están empeñados en
redefinir el concepto de ripio. Y vive Dios que lo van a conseguir.
EN MI CASA. No termina ahí la cosa. Llego a mi casa como el ejército
republicano, "vencido y desarmado", pero aún así consigo darle
al "on" del mando a distancia de la tele. En la 2 de Canal Sur ponen
un programa especial de Canal Fiesta Radio, televisado para gozo y
disfrute de todos los andaluces de buena voluntad, que presumo que
son muchos. Pues bien, exhausto como estoy apenas tengo fuerza de
voluntad para cerrar los ojos durante la brillante actuación de Kilo
& Shara. ¿Que quiénes son estos? Kiko es el otrora líder carismático
de Los Caños, agrupación vocal que ya hizo nuestras delicias hace un
par de temporadas. La chica que responde al nombre de Shara es su
hermana. Son como unos Pimpinela autonómicos. Más que un dúo son una
realidad nacional poblada de yonis y yenis, y en la que el aire
huele a esencias de Camela. ¿Qué cantan estos serafines? "Porque
muero por tu amor, porque anhelo tu calor. Ámame, hazlo a tu manera
pero quiéreme que me desesperas". Repitan conmigo antes de tomarse
el valium: anhelo tu calor, anhelo tu calor, anhelo tu calor… ¿no es
realmente hermoso?
José Ignacio Lapido. Artículo publicado en el diario Granada Hoy
26 enero 2008
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7 comentarios:
Criminal. Y eso que en Granada la música en los bares se puede escuchar, si va al pueblo, se entera de lo que vale un peine.
"Más que un dúo son una realidad nacional de yonis y yenis, y en la que el aire huele a esencias de Camela"...jajajaja, ¡genial!
Y al respecto de lo que dice Sebas, tiene toda la razón; yo hace ya tiempo que comprendí que si quiero escuchar buena música (o no tan buena, pero que me guste a mi), tengo que quedarme en mi cuarto.
Saludos!.
Enrique, di sin miedo que la música que escuchas es buena. El tito Lapido ya se ha encargado de demostrar con ejemplos representativos por qué la otra es mala.
Me parece normal que haya grupos, y no lo digo solo por Lapido, que se lo piensen mucho a la hora de grabar un disco. Debe ser duro para ellos intecalar sus pequeñas obras de artesanía en el circuito comercial que acaparan estos cantantes pedestres.
Menos mal que de vez en cuando te encuentras con bares "excepcionales" que rompen la regla...
...yo esta semana pasada me llevé una grata sorpresa al descubrir uno de esos pequeños bastiones musicales en Algeciras.
Tony, conque entrando en mi cuenta y poniendo fotitos.. jem.
Está "mu chulata" la foto que has puesto,
...con retrato, el post queda más "monito".
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