09 septiembre 2007

Anatomía del amor

...Parece ser que antes de que una persona se fije en otra ya ha construido un mapa mental, un molde completo de circuitos cerebrales que determinan lo que le hará enamorarse de una persona y no de otra. El sexólogo John Money considera que los niños desarrollan esos mapas entre los 5 y 8 años de edad como resultado de asociaciones con miembros de su familia, con amigos, con experiencias y hechos fortuitos, para elaborar los rasgos esenciales de la persona ideal a quien amar.
La química del amor es una expresión acertada. En la cascada de reacciones emocionales hay electricidad (descargas neuronales) y hay química (hormonas y otras sustancias que participan). Ellas son las que hacen que una pasión amorosa descontrole nuestra vida y ellas son las que explican buena parte de los signos del enamoramiento.
Cuando encontramos a la persona deseada se dispara la señal de alarma, nuestro organismo entra entonces en ebullición
. A través del sistema nervioso el hipotálamo envía mensajes a las diferentes glándulas del cuerpo ordenando a las glándulas suprarrenales que aumenten inmediatamente la producción de adrenalina y noradrenalina
El corazón late más deprisa (130 pulsaciones por minuto).La presión arterial sistólica (lo que conocemos como máxima) sube.Se liberan grasas y azúcares para aumentar la capacidad muscular.Se generan más glóbulos rojos a fin de mejorar el transporte de oxígeno por la corriente sanguínea.
Los síntomas del enamoramiento son el resultado de complejas reacciones químicas del organismo
los padecimientos y goces del amor se esconden, irónicamente, en esa ingente telaraña de nudos y filamentos que llamamos sistema nervioso autónomo. En ese sistema, todo es impulso y oleaje químico. Aquí se asientan el miedo, el orgullo, los celos, el ardor y, por supuesto, el enamoramiento. A través de nervios microscópicos, los impulsos se transmiten a todos los capilares, folículos pilosos y glándulas sudoríparas del cuerpo. el territorio donde la razón es una intrusa.
Hace apenas 13 años que se planteó el estudio del amor como un proceso bioquímico que se inicia en la corteza cerebral, pasa a las neuronas y de allí al sistema endocrino, dando lugar a respuestas fisiológicas intensas.
El verdadero enamoramiento parece ser que sobreviene cuando se produce en el cerebro la FENILETILAMINA, compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas.
Al inundarse el cerebro de esta sustancia, éste responde mediante la secreción de dopamina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, es decir, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer), norepinefrina y oxiticina (además de estimular las contracciones uterinas para el parto y hacer brotar la leche, parece ser además un mensajero químico del deseo sexual), y comienza el trabajo de los neurotransmisores que dan lugar a los arrebatos sentimentales, en síntesis: se está enamorado. Estos compuestos combinados hacen que los enamorados puedan permanecer horas haciendo el amor y noches enteras conversando, sin sensación alguna de cansancio o sueño.
El affair de la feniletilamina con el amor se inició con la teoría propuesta por los médicos Donald F. Klein y Michael Lebowitz del Instituto Psiquiátrico de Nueva York, que sugirieron que el cerebro de una persona enamorada contenía grandes cantidades de feniletilamina y que sería la responsable de las sensaciones y modificaciones fisiológicas que experimentamos cuando estamos enamorados.
Sospecharon de su existencia mientras realizaban un estudio con pacientes aquejados “de mal de amor”, una depresión psíquica causada por una desilusión amorosa. Les llamó la atención la compulsiva tendencia de estas personas a devorar grandes cantidades de chocolate, un alimento especialmente rico en feniletilamina por lo que dedujeron que su adicción debía ser una especie de automedicación para combatir el síndrome de abstinencia causado por la falta de esa sustancia. Según su hipótesis el, por ellos llamado, centro de placer del cerebro comienza a producir feniletilamina a gran escala y así es como perdemos la cabeza, vemos el mundo de color de rosa y nos sentimos flotando.
Es decir LAS ANFETAMINAS NATURALES TE PONEN A CIEN.
Su actividad perdura de 2 a 3 años, incluso a veces más, pero al final la atracción bioquímica decae. La fase de atracción no dura para siempre. La pareja, entonces, se encuentra ante una dicotomía: separarse o habituarse a manifestaciones más tibias de amor -compañerismo, afecto y tolerancia-.
Con el tiempo el organismo se va haciendo resistente a los efectos de estas sustancias y toda la locura de la pasión se desvanece gradualmente, la fase de atracción no dura para siempre y comienza entonces una segunda fase que podemos denominar de pertenencia, dando paso a un amor más sosegado. Se trata de un sentimiento de seguridad, comodidad y paz. Dicho estado está asociado a otra DUCHA QUÍMICA. En este caso son las endorfinas -compuestos químicos naturales de estructura similar a la de la morfina y otros opiáceos- los que confieren la sensación común de seguridad comenzando una nueva etapa, la del apego. Por ello se sufre tanto al perder al ser querido, dejamos de recibir la dosis diaria de narcóticos.
Para conservar la pareja es necesario buscar mecanismos socioculturales (grata convivencia, costumbre, intereses mutuos, etc.), hemos de luchar por que el proceso deje de ser solo químico. Si no se han establecido ligazones de intereses comunes y empatía, la pareja, tras la bajada de FEA, se sentirá cada vez menos enamorada y por ahí llegará la insatisfacción, la frustración, separación e incluso el odio.
Parece que tienen mayor poder estimulante los sentimientos y las emociones que las simples substancias por sí mismas, aquellos sí que pueden activar la alquimia y no al sentido contrario.
No hay una causa y un efecto en la conducta sexual, sino eventos físicos, químicos, psíquicos, afectivos y comunicacionales que se conectan de algún modo, que interactúan y se afectan unos a otros.
Existe, sí, una alquimia sexual, pero se relaciona íntimamente con los significados que le damos a los estímulos, y éstos con el poder que les ha concedido una cultura que, a su vez, serán interpretados por cada uno que los vive de acuerdo con sus recursos personales y su historia...

16 comentarios:

Lola dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lola dijo...

Artículo que he encontrado en internet,y parece ser, pertenece al libro de Helen Fisher, "Anatomía del amor", para aquellos a los que os interese el tema.

AntonioCozar dijo...

Sorprende leer una definición del amor tan científica.

Nunca me lo había planteado con tanta frialdad.

AntonioCozar dijo...

Más que como un proceso bioquímico, yo lo veo como:

Dulce mi miel de besos siemprevivos
Alma de almlbar y manosusurros
Te amoro terriblesco de gozo fugitivo
Todo se acaba y somos melarquía
Nos amamos nos manos nos imamos
Másmás en la lactancia ambrosíaca
drogadictos de mostos suculentos
Seres labiales ningún otro opio
no nos satisfará la boca calda

DULZURA COLOSAL
De "Miserable ternura"
Carlos Edmundo de Ory

Miguel A. Rincón dijo...

Yo me quedo con Ory.

Lola dijo...

¿Por qué elegir?

AntonioCozar dijo...

Claro!

Ambas son válidas.

AntonioCozar dijo...

Ahora sólo falta que alguien más se anime a dar la suya.

¿Hay algún anónimo hoy por ahí?

Anónimo dijo...

Felicidades por tu blog
Soy un enamorado de tu pueblo, PRADO DEL REY.
Y hace muchos años que lo conocí.
Saludos.

kike marquez dijo...

Ufff, vaya tocho, aunque muy interesante. Es decir , que, básicamente, ¿el amor no deja de ser un chute de drogas varias?
Prefiero quedarme con la idea romántica, aquella en la que el amor se escapa de cualquier consideración científica y existe por sí mismo, no por una combinación de elementos que liberan unas determinadas sustancias químicas.
Aún así, repito muy interesante, nunca está de más saber algo nuevo.
Saludos!

Lola dijo...

Como dice Michel Serres, "hay que ser ambidiestro"

AntonioCozar dijo...

Gracias DONCEL.

Tu colina de sueños también está muy bien. Hay fotos muy interesantes.

Tan sólo una curiosidad:
¿Cómo conociste nuestro blog?

Anónimo dijo...

Las reacciones químicas que se dan en nuestro cerebro nos llevan irremediablemente a la concepción del amor que todos pensamos y tanto nos gusta, hasta en mi firma está presente Diegosex

Anónimo dijo...

Vaya tonteria mas grande

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Lola dijo...

¡Vaya! hay anónimos para todos los gustos, listos, tontos, bordes, simpáticos, y conatos de poeta.