16 noviembre 2008

Una peliculilla


No sé si conocéis Tideland de Terry Giliam. Es una película fuera de lo común en la que si quieres disfrutar, desde las primeras escenas tienes que aceptar el mundo que te ofrece el director. A mí, personalmente, me recuerda a La ciudad de los niños perdidos o Delicatessen de Jean-Pearre Jeunet. Recomiendo verla desde un punto de vista libre de moralidades, y por supuesto, sin ningún tipo de prejuicio que pueda soslayar lo que en sí es la obra de arte, porque los tabúes y las insinuaciones de parafilias impregnan la película de principio a fin. Tomando como premisa todo lo anterior se disfrutará de la belleza de las escenas, de un argumento que parece avanzar a su antojo, y sólo a partir de aquí se le podrán dar mil interpretaciones tan acertadas y tan personales como las reacciones que provoquen en nosotros los impactos de cada imagen.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Sebasland, intentaré conseguirla.
La ciudad de los niños perdidos creo que la ví, aunque no recuerdo exactamente si era esa, también la veré.
Me encanta el cine, todos los comentarios de películas buenas serán bien venidos

Diegocinesax